Benasque

Escapada por Aragón

 

Basílica de la Virgen de la Peña (Graus, Huesca).

 

Este verano hicimos una escapada por el pirineo de Huesca, en concreto iniciamos la ruta por el valle de Benasque, visitando el pueblo de Graus, donde es digna de destacar su Basílica de la Virgen de la Peña, que como su nombre indica se encuentra en lo alto de una peña o roca y su preciosa plaza mayor, llena de antiguas casonas y palacetes. 

 

 

Galería cubierta de arcos de medio punto con vistas a Graus.

 

 

Camino que asciende al Cristo que se encuentra en lo alto de la peña.

 

 

Uno de los bellos edificios de la plaza mayor de Graus que data del S. XVI y fue declarada bien de interés cultural en 1975 .

 

 

Mi recomendación en esta población es el restaurante El pesebre (Avda/ Pirineos, 12), de muy buena relación calidad precio. Aquí podéis encontrar menú diario de 12€ (15€ en días festivos) y también menú de 20€. Además, si escogéis comer de carta, tienen una curiosidad que no existe en otras regiones y que es poder escoger entre platos enteros y medios platos, éstos últimos bastante completos, así que imaginad cómo son los platos enteros.  

 

Nosotros elegimos comer de carta, medios platos, y ¡no nos quedamos con hambre no!. Nuestra elección fue de primeros platos: foie mid cuit con pan de centeno y reducción con Pedro Ximénez ¡rico rico! y ensalada con queso mozzarella y frutos rojos (muy bien presentada); de segundos platos: carrillera de ternera con verduras (muy tierna y la salsa muy buena) y atún a la plancha (muy sabroso) y de postres: tarta de queso con frutos rojos y flan (postres caseros y ricos). El coste para dos personas, incluidas las bebidas, fue de 35€. 

 

 

 Entrante 

 

 ensalada con queso mozzarella y frutos rojos

 

 

 foie mid cuit con pan de centeno y reducción con Pedro Ximénez

 

atún a la plancha

 

carrillera de ternera con verduras

 

tarta de queso con frutos rojos

 

flan casero

 

 

A continuación, seguimos la ruta hacia el valle del Cinca. Nosotros estuvimos pernoctando en Escanilla, en una casa rural que se llama A Chaminera donde estuvimos muy bien. Se encuentra en un pueblecito muy tranquilo, formado únicamente por varias casas, y el único bar-restaurante que hay se encuentra en la propia casa rural. Para quienes os guste la naturaleza y la tranquilidad, lo recomiendo totalmente.  

 

Los siguientes días podéis visitar Aínsa, pueblo medieval precioso, y Bielsa, típico pueblo de alta montaña. Como hace varios años ya visitamos Aínsa, nosotros fuimos a Bielsa directamente y nos encantó. Es el típico pueblo con tejados azules, enclavado entre altas montañas, con su típica iglesia románica. Al lado mismo de Bielsa, se encuentra más elevado el pequeño pueblo de Javierre, al que podéis acceder a través de un pequeño camino asfaltado por la montaña desde Bielsa. El paseo es precioso y te llena de paz viendo los increíbles paisajes a lo largo del camino.  

 

 Puente de entrada a Bielsa 

 

Iglesia románica de Bielsa 

 

Vistas desde Javierre 

 

 

A nosotros nos hacía gracia pasar a Francia por el túnel de Bielsa pero ya os adelanto que el pirineo español es mucho más bonito y los pueblos de la parte española sin duda mucho mejores que los franceses de la zona. Pasado el túnel de Bielsa, da impresión el puerto de montaña que te encuentras enfrente, parece que te adentres en un país nórdico o en las high lands de Escocia pero aparte de eso, no hay nada más que ver en esa zona que valga la pena. 

 

Después de varios días de disfrutar de los paisajes, el relax y la gastronomía del pirineo aragonés, fuimos a la capital de Aragón, Zaragoza, a visitar la Basílica de la Virgen del Pilar, patrona de España. Quería visitarla con mi marido, quien no había ido nunca, cosa que en mi familia entraría en la categoría de pecado ya que somos muy devotos de la virgen del Pilar. Sólo con deciros que mis padres se casaron en esta Basílica el día de la Virgen del Pilar, os digo todo.  

 

 

 Basílica de la Virgen del Pilar en Zaragoza 

 

 

Y, como no podía ser de otra manera, fuimos a comer al famoso “tubo”. Aquí mi recomendación es La miguería (c/ Estebanes, 4), donde como su nombre indica puedes comer migas con todo tipo de ingredientes. Hay migas para todos los gustos. Están muy ricas y, además, el servicio y precio están muy bien. 

 

 

 El famoso tubo de Zaragoza, zona de tapas y pinchos. 

 

 

Migas con huevo frito y longaniza 

 

 

Y, finalmente, desde Zaragoza terminamos nuestro viaje por tierras aragonesas en el pueblo natal de mi padre, Atea, donde pasamos varios días con mi tía. De tanto en tanto, me gusta visitar el pueblo de mis ancestros, ello ayuda a seguir conectado con tus raíces.

 

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Os invito a que hagáis una escapada o visita turística de las que propongo en este blog y ya de paso a que probéis uno de los restaurantes recomendados. ¿Os animáis?

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